El sistema de calefacción por suelo radiante es una solución completa de calefacción y refrigeración de superficies para todo tipo de edificios y suelos.
En el sistema de suelo radiante, toda la superficie del suelo es el calentador, por lo que la distribución horizontal de la temperatura en la habitación es uniforme, mientras que la temperatura vertical disminuye a medida que aumenta la altura. Gracias a esto, el calor se transmite a las partes del cuerpo que más lo necesitan, como los pies y las piernas, mientras que la cabeza, que es inherentemente vulnerable al sobrecalentamiento, permanece fría.
Una sensación de confort térmico en las habitaciones donde se utiliza la calefacción ya se siente a temperaturas que son incluso 2-3 °C más bajas que las de la calefacción convencional. Esto se traduce en la economía del sistema, ya que bajar la temperatura interior de la habitación en 1°C supone un ahorro de aproximadamente un 6% de energía térmica, lo que supone una importante reducción de los costes de funcionamiento del sistema de calefacción.
La economía de la calefacción por suelo radiante también se ve influida por el hecho de que los sistemas de suelo radiante funcionan con parámetros de suministro bajos (las temperaturas más utilizadas son: 45/35°C, ΔT=10 K, la temperatura máxima es de 50°C) y son por lo tanto, ideal para el funcionamiento con calderas de condensación y bombas de calor, actualmente las fuentes de calor más económicas.